El Hogar y Salta

A comienzos de este año el Padre Pepe y Gustavo Barreiro estuvieron en Salta por invitación de la Municipalidad de la Capital y fue fructífero el encuentro. Hace unos días fue otro equipo del Hogar: María Elena, coordinadora del Centro Don Bosco, Dani operador terapéutico de la Granja Madre Teresa y compañero en recuperación, Norma del grupo de Familias del Centro Padre Mugica y el Padre Juan, coordinador de Niños de Belén, nacido y criado en Salta y por lo que verán a continuación muy valorado y querido.

Les dejamos a continuación unas notas periodísticas y unos videos que ayudan a comprender el sentido de nuestra presencia en esa querida Provincia… no se trata de encontrarle la vuelta al desafío del paco solo en Buenos Aires, tenemos que pensar en TODA la Patria.

La Municipalidad de Salta coordina esfuerzos con los llamados curas villeros
11 de julio de 2012
Buscan replicar modelo de lucha contra el paco del Hogar de Cristo, aplicado en villas porteñas
Avanza la implementación en Salta de un modelo exitoso para el tratamiento y la inclusión social de adictos al paco, la llamada “droga de exterminio” que se diseminó por todo el país como una epidemia y que causa daños que pueden ser irreversibles en las personas. Se trata del Programa de Recuperación del Hogar de Cristo, que implementan los denominados curas villeros en las villas miseria de la Capital Federal y que tiene como referente a José Di Paola, más conocido como el padre Pepe.
La Dirección General de Inclusión y Militancia Social de la Municipalidad de Salta invitó en febrero al reconocido sacerdote, quien libró una verdadera batalla contra las drogas en la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé, de la Villa 21-24 y Zavaleta en Capital, a disertar sobre el exitoso programa que llevan adelante y que depende del arzobispado de Buenos Aires, a cargo del cardenal Jorge Bergoglio. Desde entonces se coordinan acciones conjuntas entre el municipio y los curas villeros para poder replicar en barrios de la capital salteña el modelo que implementan exitosamente en Capital.
“La idea es implementar nuestro modelo de centros barriales, que es la manera que encontramos para pelearle al paco desde la inclusión en las parroquias de barrios humildes. Desde ahí podemos acompañar, en la complejidad de su vida, a los chicos que cayeron en esa droga. Nosotros no abandonamos. Sabemos que no es de un día para el otro y que hay que acompañar por mucho tiempo al chico y a la familia, para que el adicto pueda recuperar su dignidad y seguir adelante. El centro barrial, más allá de la parte propiamente terapéutica y espiritual, es un puente, entre esa realidad y las personas, para estar con ellos en el proceso de reconquistar su identidad y la posibilidad de vivir dignamente. Todo se trata de incluir”, dijo a El Tribuno el cura salteño Juan Isasmendi, quien trabaja con las adicciones en la parroquia donde estaba el padre Pepe, hoy instalado en Santiago del Estero.

“Nuestro trabajo es comunitario, luchamos para incluir. La riqueza del programa está en la comunidad, que toma conciencia y se hace cargo de esta situación para ayudar a sus chicos, darles un plan de vida a cada uno de ellos, abrazándolos y acompañándolos con su familia. No hay salvadores. Al paco se lo combate desde la comunidad y desde la inclusión social, que es un trabajo de todos”, agregó el cura villero, heredero de la misión del padre Carlos Mujica, sacerdote de los denominados “tercermundistas”, asesinado por la Triple A en la década del 70.

“En nuestros centros se trabaja en el barrio, se lucha desde el barrio y se comparte la vida del barrio. No pensamos que tenemos soluciones aquí y ahora para algunos fragmentos de la vida de un chico. Sino que acompañamos a esa persona en un proceso que es muy largo, para ir abriendo caminos que lo saquen de la exclusión en la que viven. Porque el que consume paco es el rostro de la marginalidad, del excluido”, agregó el salteño, acompañado de la directora de uno de los centros barriales y de Daniel, un adicto recuperado con ese programa, que junto a su madre aportaron sus testimonios.
“Dimos pasos lentos, pero seguros. El intendente manifestó su intención de replicar nuestro trabajo en un barrio concreto de Salta. Veremos si se les puede dar una vuelta de tuerca a los centros de prevención existentes. Tendremos que seguir concretando acciones para que se vea pronto algo real en los barrios”, agregó Isasmendi.

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